Cuando Jorge Carrillo Olea ganó la gubernatura
de Morelos, allá por el año 1994 si mal no recuerdo, lo primero que hizo fue
llamar a una “Gran Alianza” misma que al final nunca se llevó a cabo. ¿Qué falló en aquella época y sigue fallando hasta
esta? Creo que cómo afirma Joan Manuel
Serrat “El cuento es muy sencillo”
lo único que se requiere es que la
ciudadanía se arme de valor y decida de
una vez por todas poner fin a años y años de simulación de un grupito de políticos que han hecho de
Morelos y por qué no, de México, su platillo predilecto. Sexenios van y sexenios vienen y la
tierra de Zapata sigue hundida en el peor de
los pantanos: El de la falsedad.
Debo de reconocer que cuando el PRI finalmente
dejó el poder en nuestro Estado en el
año 2000 y llegó el PAN, creí, porque
estaba deseoso de esperanza igual que centenas de miles de morelenses, que las cosas finalmente iban a cambiar
y que solo era cuestión de tiempo para
que la jauja llegará a Morelos. Al cabo de los meses, después de ver con atonía como Sergio Estrada
echaba a la coladera su inmenso capital
político, llegué a la conclusión de que
las instituciones no estaban mal, lo que estaba pésimo eran los gobernantes
que llegaban sin haberse preparado para ello. Ascendían al poder público con una enorme sed de dinero y con una
monumental ansiedad de cometer y decir
sandeces. Estrada Cajigal al
poco tiempo de llegar al poder se
disfrazó de “Draculita” en el día
de haloween y se puso una briaga
escandalosa que fue conocida por todo el país.
Después
vendrían sus deslices de “gober cachondo”,
el “Helicóptero
del Amor”, además de las relaciones
peligrosas con barones de la droga que su secretario de gobierno-un
tipo que para mí desgracia se apellida igual que este escribidor-se
dice le ponía en ciernes al romántico y
bebedor mecánico, convertido de la noche a la mañana en gobernante de una
entidad federativa. ¡Vaya paradoja!
Así qué, el cambio democrático de poco o nada había servido. Morelos ahora
estaba siendo gobernado desde el
banquillo de las ocurrencias, si ese banquillo que enloquece a mediocres hombres y mujeres que llegan a tocar la luna con las palmas de las manos por
solo un cortísimo periodo de tiempo. Pero, los morelenses no entendimos y volvimos a votar por los
del PAN, ahora llegaba un médico
mucho más sobrio pero mucho más gris.
Marco Adame no entendió que Morelos requería cirugía mayor y se
dio a la tarea de medio gobernar.
Adame no percibió que tenía que hacerlo
en compañía de la gente, se requería una
alianza de verdad con el pueblo y no
tratar o simular un acercamiento que jamás tuvo. Al cabo de los años el doctor Adame también caería en la ocurrencias, eso lo tuvo al borde
del despeñadero político y social al
comprobarse que sus mandos policiacos estaban
coludidos hasta el hueso con la delincuencia organizada.
Del
gobierno de Adame no todo fue malo, hay que reconocer que
si bien el rubro de desarrollo económico
no estuvo de presumir, Morelos se
mantuvo los seis años dentro de la media nacional de crecimiento en inversión,
desempleo y oportunidades económicas. El campo fue atendido y el rubro de turismo se mantuvo dentro de los parámetros
pasables. ¿Qué le faltó a Adame? Le
faltó lo que le falta al plátano versa el refrán popular: Le faltó corazón.
Y llego la Nueva Visión. Graco Ramírez trae la brújula
extraviada, el cuate no sabe
gobernar y lo peor del caso es que
está rodeado de mediocres y aprendices. Su gobierno jamás pensó en tender una alianza con la gente,
es pedirle demasiado. Esta
administración viene por todos y por
todo, no va a dejar “títere con cabeza” de ahí que a escasos 23 meses de ejercer el poder
se encuentre desalentado. Logró el segundo lugar nacional en corrupción,
está con la peor calificación que un gobernador
haya tenido en sus primeros dos años-15% de aprobación-con un Estado endeudado-el
67% de sus participaciones federales están comprometidas-además de una
economía en el último lugar a nivel
nacional, primer lugar en secuestro,
en robo, en extorsión, además de haber sobregirado las arcas del erario público
en más de mil seiscientos millones de pesos. En conclusión Graco a puesto a Morelos de rodillas en menos de
dos años. El propio secretario de desarrollo económico, Julio Mitre Cendejas, reconoció que la
pérdida de empleos-más de 29,000-se recuperarán en ochos años. ¿Cómo la ve amable lector?
¿Qué
hacer? ¿Tiene remedio el caos en que nos metió Graco? Por
supuesto que sí. Lo primero que se tiene
que hacer es llamar a una “Alianza de verdad” una coalición que logre sacar del poder a quien tanto daño le ha
hecho a Morelos y logre, en el
cortísimo plazo, revertir esta tendencia
malévola y perversa en que nos metieron deliberadamente. De ahí que sea tan
importante hacer un llamado urgente
a TODOS los morelenses de buena
voluntad que quieran un cambio a la
brevedad. En este llamado no puede,
ni debe excluirse a nadie.
Desde
el año pasado se han unido miles de voces que exigen que Graco deje el poder. El tan
cacaraqueado juicio de revocación de
mandato que logramos los ciudadanos después
de 14 años de lucha, Graco y el PRD
nos lo echaron para atrás al dejar
sin efecto la conformación del Consejo
Ciudadano de Participación en días pasados. Más de veinte mil firmas que la CMMC, Coordinadora
Morelense de Movimientos Ciudadanos, había acopiado se quedaron en el limbo al no poder darles curso legal
a las mismas. El miedo del gobernador de Morelos es mayúsculo y ordenó a sus
personeros en el congreso echar para
atrás cualquier forma jurídica que lo pueda sacar del poder.
Ahora
en Morelos vamos por el
plebiscito revocatorio ciudadano el día 5 de octubre de este año. Seguro de
reunirán miles de votos a favor de que Graco
deje el poder, el problema es que
este ejercicio ciudadano no tiene poder
vinculatorio y el gobernador no va
tomarlo en cuenta. Seguro estoy que
tratará de descalificarlo igual que las
ocho marchas que le hemos hecho los ciudadanos desde que tomó el poder, cuatro de la CMMC, una del Obispo católico
Castro y Castro, una más de la UAEM, una en Cuautla en contra del mando único y
la de médicos y enfermeras. Sin contar la que se llevará a cabo este domingo 31 de agosto en la ciudad de
Cuautla por el Obispo Castro y Castro. El gobernador de Morelos tiene vocación de represor y no hará caso de los ciudadanos hasta que
lo tengamos fuera del poder y con un
pie dentro del penal de Atlacholoaya
pagando sus culpas.
Es
más que evidente que Graco no cederá el poder con marchas y plebiscitos, lo hará cuando desde el H. Congreso del Estado le
incoen un severo juicio político y
sean los representantes populares,
léase los diputados, los que lo pongan a disposición del H. Tribunal de
Justicia del Estado de Morelos y estos, es decir los magistrados, lo sentencien a pena corporal
y a devolver los millones de pesos que pudiera haber malversado. ¿Pero, cómo llegar a eso? Solo a través de una alianza de verdad, una
coalición en donde la mayoría de los
morelenses nos unamos en torno a un solo fin y ese sea el echar del poder a quienes les han hecho tanto daño en tan poco tiempo a nuestro amado Estado
de Morelos.
La
Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos,
CMMC, tendrá la obligación moral de
llamar a esa alianza. La coordinadora tiene la calidad moral para llamar a los partidos políticos más importantes del Estado de Morelos,
el PRI y el PAN, a unirse o coaligarse y desde esa alianza lograr las posiciones más importantes en los municipios. Desde
luego obtener la mayoría total en el H.
Congreso. Estoy convencido que con
la ayuda de los empresarios, los clubes de servicio, las iglesias, los
sindicatos más importantes no sujetos al gobierno del Estado, los
transportistas, los artistas, campesinos y la clase media en su conjunto,
podemos lograr romper la enorme estructura electoral que desde la secretaría
de gobierno, en contubernio con la secretaria de desarrollo social del
Estado, han venido construyendo a
base de enormes cantidades de dinero. Quien no esté persuadido de que el 7 de julio del 2015 el
gobierno de Graco nos tiene preparada
una elección de Estado es un ingenuo y falto
de visión político-electoral. El
gobernador se juega su libertad en esa elección.
Si
se logra esa alianza de verdad, entonces Morelos podrá salir del hoyo en que la metieron
y dar una vez más muestra de civilidad política y cívica. Los partidos involucrados en ella, a saber el PRI y el
PAN, deberán de medir a sus candidatos a
través de encuestas de opinión y promover al mejor candidato para cada una
de las posiciones electorales en
juego. Huelga decir, que en el caso
de los 18 candidatos a diputados, es
imperativo que ellos sean gente
impoluta, no apegada a los influjos del dinero, ya que una vez que sean
elegidos, desde el Palacio de Gobierno podrían
venir cañonazos enormes de efectivo con tal de que no se someta a juicio político al gobernador.
A su vez, deberá de acordarse con TODOS los actores de esa alianza quien sería el gobernador que terminaría el
periodo hasta 2018, además del equilibrio de fuerzas que debe de
existir dentro de él, debiendo de quedar suficientemente claro que quien ocupe
ese puesto, no necesariamente
tendría que ser del mismo partido al que pertenece Graco Ramírez. En buen cristiano: El derecho de silla aquí no aplica.
Morelos
está en crisis, nuestra tierra está en caos y es momento de que sus habitantes saquemos la casta por ella. No es
momento de desidia, es tiempo de tomar decisiones fuertes que ayuden a retomar el paso firme en favor de un Morelos en paz y en desarrollo.
JABONAZO
El ITDIF, Índice de Transparencia y Disponibilidad de la Información
Fiscal de las Entidades Federativas 2014, pone a Morelos en el último lugar (31) con un promedio de efectividad de 0 a 100 en 32.20 cuando la media
nacional es de 77.78. Otro lugar vergonzoso del cual hablaré la
semana que entra.