¡Adiós Graco!

El Jabonero
Por: Gerardo Becerra Chávez de Hita


“No hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla”


¡Adiós Graco!

Este día termina, para ventura de todos los Morelenses, el peor gobierno que hayamos tenido en  la historia posrevolucionaria de la tierra del General Zapata Salazar. Graco Ramírez concluye su sexenio dejando una estela de muerte, dolor y corrupción, el equipo que lo acompañó en su desgraciado gobierno, fue uno que nunca estuvo a la altura de la demanda de un pueblo que ansiaba un cambio sustantivo en la forma de la gobernanza y que a cambio solo recibió maltrato, mentiras, represión y nepotismo. ¡Maldito gobierno grita el pueblo!

Marzo de 1998, una “Plaza de Armas” de Cuernavaca llena hasta el tope, tres oradores, entre ellas mi esposa Marisol, espetaban el hartazgo de un pueblo que estaba hasta la madre del gobierno de Carrillo Olea, de ahí que el 8 de mayo de ese mismo año el general brigadier tuviese que dejar el cargo por la presión social y por el desprecio que el presidente Ernesto Zedillo le manifestó desde su llegada a la primera magistratura del país. Una manta se había hecho para ese acto histórico para Morelos, la misma decía: ¡ADIOS CARRILLO! a los lados se enredaron decenas de globos que la izaron al cielo y que dejaban un claro mensaje para la posteridad: MORELOS HABÍA DESPERTADO.


Graco, Elena y Rodrigo participaron en ese movimiento social, no es real que él haya sido el precursor del mismo, eso fue una de las tantas mentiras que él hizo verdad y que miles de morelenses le creyeron haciéndolo doce años después el gobernador de la entidad. Graco utilizó muy bien sus dotes de fontanero del sistema corrupto mexicano, se supo meter con Lievano Sáenz y desde allí cobrar pingues cantidades que supuestamente habrían servido para destronar a Carrillo, la verdad sea dicha que esas inmensas cantidades de dinero, igual que los recursos materiales que fluyeron a diestra y siniestra, solo sirvieron para inflar los bolsillos del tabasqueño y de sus más allegados lambiscones, entre ellos, quien después sería su secretario de gobierno y frustrado candidato a la alcaldía de Cuernavaca.

Graco llega la gubernatura en el 2012 después de haber hecho un buena campaña electoral en la cual fluyeron centenas de millones de pesos que le habrían juntado sus allegados en  el senado de la república y hay quien afirma que desde las oficinas del Dr. Adame, en esas época gobernador de Morelos, también habrían salido millones y millones de pesos para apuntalar la campaña del tabasqueño y dejar en el camino al mazatepeco Amado Orihuela. Orihuela fue traicionado desde su partido en la Ciudad de México, el ingeniero agrónomo, muy cercano a la poderosa maestra Elba Esther Gordillo, lo habría sabido unos días después del resultado de la elección de julio del 2012 de los propios labios de la líder  nacional del sindicato de los maestros. “A usted lo vendieron Amado, Graco operó para que lo reconocieran a él y los apoyos en el día de la elección no llegaran”. Y no pasó mucho tiempo para que Graco reconociera el triunfo de Peña Nieto, acompasado por otro traidor del PRD llamado Arturo Núñez, candidato al gobierno de Tabasco. Ese habría sido el trato, desconocer a López Obrador.

Graco llega con la esperanza de la gente de su lado, la supuesta lucha social en contra de Carrillo Olea estaba a su favor, muchos creyeron que el supuesto héroe de 1968 la haría bien en Morelos dados los múltiples contactos que tenía y tiene a nivel nacional. En lo personal creí que iba a ser un buen gobernante porque sabía que Ramírez Garrido caería en la tentación de buscar la candidatura de su partido a la presidencia de la república en el 2018 y requería entonces el hacer un gobierno cristalino, cercano a la gente, muy al estilo de Don Lauro Ortega Martínez, sin embargo me equivoqué.

A Graco lo avasalló Elena y Rodrigo, a Graco le pasaron por encima, en tropel, las ansías económicas de este par de personajes, a Graco le faltaron arrestos para poner en orden a su esposa y a su hijastro y Graco entonces, entró al juego fácil, el juego sucio de la corrupción y aprendió que rodeándose de rateros, rufianes y sinvergüenzas era más fácil gobernar. 

Graco se alejó de la gente, dejó de hacer giras y todo lo dejó en manos de aquellos lamehuevos que le hicieron el “caldo gordo” desde que era diputado federal plurinominal por el PRD. Gobernar se tornó más sencillo desde la placidez de comprar diputados “a modo” y para ello siempre encontró eco en sórdidos y corruptos personajes que solo mostraban la palma de la mano para que el otrora luchador social, si, aquel que se jactaba de tomar carreteras con el Dr. Nava y de acompañar a Cuauhtémoc Cárdenas en la lucha de 1998, se las llenara de billetes mal habidos producto de la distracción del presupuesto y hay quien dice, que también de su escondida relación con cárteles de la delincuencia organizada en el sur del estado.

Ya imbuido en la conchudéz de la corrupción dejó de gobernar, ya no se presentaba a “Palacio de Gobierno” a trabajar, era más agradable despachar desde una de sus mesas preferidas en el lujoso restaurante “San Angel Inn” en la Ciudad de México en compañía de su amante de turno, una que bien podía ser alguna directora en el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos jugándole chueco al marido, o porque no, alguna muchachita guapetona que a cambio de sus habilidades amorosas podría caer en los brazos del hombre más poderoso de Morelos. ¡Dinero había y mucho, faltaba más!

El supuesto luchador social de izquierda se la pasaba rodeado de guaruras, más de veinte personas lo cercaban día y noche, Graco empezó a tener miedo hasta de su sombra, la traición para él es una estrategia política, para otros, para aquellos que les había prometido acuerdos que nunca cumplió era simplemente la peor conducta que un hombre puede tener, Graco sabía y sabe que en muchos lugares la traición se paga con la muerte, de allí su temor a pagar afrentas y traiciones pasadas.

En fin, hoy Graco no gobierna Morelos más, este día finalmente podemos transitar tranquilos aquellos que lo confrontamos, sin en el temor que desde el poder utilice a sus testaferros para hacernos daño. Ya te fuiste Graco, ahora viene la época de la retribución, sí, existe un pueblo agraviado, una sociedad que le exige a López Obrador y Blanco Bravo que te lleve ante los tribunales junto a tanto ladrón que nos robó a los morelenses.

¡ADIOS GRACO, NADIE TE VA A EXTRAÑAR!



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