Qué es un gobierno
fallido? Tal vez aquí habrá quien me
pueda rebatir el hecho de que me estoy refiriendo a un gobierno y no a un
Estado, sin embargo dado el estado de cosas que vivimos aquellos que habitamos
Morelos estoy seguro que se adherirán a lo que algunos notables establecen como
Estado fallido. Morelos entra sin duda en ese parámetro.
Definición: El término Estado Fallido es
empleado por periodistas y comentaristas políticos para describir
un Estado soberano que, se considera, ha fallado en la garantía
de servicios básicos. Con el fin de hacer más precisa la definición,
el centro de estudio “Fund
for Peace” ha propuesto los siguientes parámetros:
- Pérdida
de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo
de la fuerza
- Erosión
de la autoridad legítima en la toma de decisiones.
- Incapacidad
para suministrar servicios básicos.
- Incapacidad
para interactuar con otros estados, como miembro pleno de la comunidad
internacional.
Por
lo general, un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político, y
económico, caracterizándose por tener un gobierno tan débil o ineficaz, que
tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, no provee ni puede
proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y
de criminalidad, refugiados y desplazados, así como una marcada
degradación económica. Sin embargo, el grado de control gubernamental que
se necesita, para que un Estado no se considere como fallido, presenta fuertes
variaciones. Más notable aun, el concepto mismo de Estado fallido es
controvertido, sobre todo cuando se emplea mediante un argumento de
autoridad, y puede tener notables repercusiones geopolíticas.
En
un sentido amplio, el término se usa para describir un Estado que se ha hecho
ineficaz, sólo un control nominal sobre su territorio, en el sentido
de tener grupos armados desafiando directamente la autoridad del Estado, no
poder hacer cumplir sus leyes debido a las altas tasas de criminalidad, a la
corrupción extrema, a un extenso mercado informal, a una burocracia impenetrable,
a la ineficacia judicial, y a la interferencia militar en la política.
La debacle social y
económica en que nos ha metido el gobierno de Graco Ramírez hace que los anteriores
preceptos le queden cómo “Anillo al
dedo”. Posiblemente habrá algunos que me pueda rebatir si el gobernador
tiene todavía o no el control sobre algunas de las áreas geográficas del Estado
de Morelos o si existen o no grupos armados en la región-que ya los hay- la realidad nos dice que a diario se suscitan
eventos violentos, en donde desgraciadamente hay pérdidas de vidas humanas o en
su caso dolor al ser plagiados miembros de familias. Lo peor, es que ahora en
municipios fronterizos con la capital del Estado-Jiutepec-violan a mujeres estudiantes y plagian a jóvenes de universidades.
La autoridad legítima
ganada por el gobernador del Estado en la elección del mes de julio del 2012
está siendo erosionada en virtud de que ahora es público y sabido que su
esposa, Doña Elena Cepeda de León, maneja soterradamente cuando menos cinco
áreas de gobierno muy importantes, a saber: Hacienda, Cultura, DIF, Salud, la
Dirección de Adquisiciones y la Secretaría Técnica del Gobernador del Estado.
Este cogobierno ha resultado en que aquellas políticas de Estado que debieran
de redundar en beneficio para los morelenses no existan. Dicen que las
diferencias conyugales han llegado ya a las reuniones de gabinete. ¡Yo soy de
Elena! grita uno, y ¡Yo de Graco! espeta otro. Y mientras eso pudiera estar
sucediendo, algunos esbirros del poder se sirven con la “Cuchara Grande” y compran un predio para la nueva sede del Poder
Legislativo a $ 8,400.00 mt2. cuando su valor no es mayor de $2,700.00. ¿Quién
participó en ello? la Secretaría de Hacienda.
Por si lo anterior fuera
leve, la mentira ha sido una de las formas de desgaste de éste gobierno y por
lógica su autoridad ha sido erosionada notablemente por ello:
a) En campaña afirmó que era licenciado
en derecho, la verdad es que se tituló siendo gobernador mediante un mecanismo
de reconocimiento de experiencia que magnánimamente le otorgo la SEP.
b) Engaño a la población diciendo que en
dieciocho meses terminaría con la inseguridad.
c) Se comprometió a que Morelos contaría
con una “Ley de Víctimas”, y pagó al ex juez Baltazar Garzón $ 5,800,000.00 por una ley que
no está vigente.
d) Presumió en campaña que su gobierno
sería austero y el primer trimestre de su mandato gastó más de treinta millones
en “remodelar” sus oficinas y la Casa de Gobierno, además de la compra de
equipo de transporte blindado.
e) “Cada dos años me someteré a
revocación de mandato” no cumplió tampoco con ello.
f) “No daré más concesiones del servicio
de transporte público” prometió en campaña, la realidad es que otorgó 3,500 sin
contar con estudios de factibilidad.
g) Aseguró que las ganancias del
concierto de Plácido Domingo serían para el CRE de Emiliano Zapata. Hasta este
día no se sabe de esas supuestas ganancias.
h) Se comprometió a fomentar el empleo,
sin embargo acaba de anunciar el despido de 700 trabajadores del gobierno del
Estado.
Por otra parte, la
seguridad es una prestación básica que el gobierno debe de otorgar a sus
gobernados. En Morelos esta obligación constitucional no se da a los
ciudadanos, es más, me atrevo a asegurar que no solo no se confiere, en muchos
de los casos de violencia en contra de la ciudadanía han participado agentes
del gobierno, policías pues, confirmando con ello la ineficiencia y colusión
del gobierno del Estado. Solo esto pudiera ser causal de un gobierno fallido,
la ausencia de otorgar seguridad a los gobernados es una violación grave a los
derechos fundamentales de cualquier persona en cualquier lugar del mundo que se
jacte de ser moderno, si a esto se le aúna que la autoridad esté participando
con la delincuencia el asunto se torna gravísimo.
Abundando en esto del
gobierno fallido, es evidente que el gobierno de Morelos no interactúa con los
otros niveles de gobierno, esa enorme falta se constata en el hecho innegable
de su des comunión con muchos de los
municipios del Estado que no les son afines, tal es el caso de Cuernavaca y
Jojutla, con los cuales mantiene una abierta animadversión con sus titulares.
Además, es sabida la dificultad del gobierno del Estado para interactuar con
las instancias federales, de ahí que ahora resulta muy claro el por qué no ha
querido pedir auxilio de las fuerzas federales del orden, no obstante que las
cifras que arroja el Sistema Nacional de Seguridad nos ponen en los primeros
sitios. Aparentemente mantiene una relación institucional, sin embargo en los
hechos no concreta los apoyos necesarios para mantener un gobierno quieto y
reposado, que redunde en paz y tranquilidad para sus ciudadanos.
El ejemplo dramático de
un gobierno fallido lo acabamos de observar en Guerrero, un gobernador alejado
de la realidad, con propensión a las bebidas alcohólicas, profundamente omiso y
permisivo, tal es el caso que acabaron secuestrados por las propias fuerzas del
Estado cuarenta y tres estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
Morelos está en
semejantes condiciones que el de Guerrero, la diferencia es que en el primero
de ellos, la ciudadanía a salido a las calles en diez ocasiones y se ha dado
cuenta del desastre en que se vive a las instancias federales como Gobernación
y la propia Presidencia de la República, de ahí que el Presidente Peña Nieto,
en este caso, no podría señalar desconocimiento de ello, en TODAS las marchas
de la CMMC, Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos, se le ha hecho
mención clara a su persona en el sentido de la urgencia de que el gobierno
federal actúe en Morelos.
Un gobierno fallido en
Morelos, ni más, ni menos.
JABONAZO
Se empieza a destapar la
cloaca de la corrupción en el gobierno de Morelos. Todavía no se sabe a ciencia
cierta del desvío de recursos del crédito de los 2800 millones y muchos ya
saben que una cantidad escandalosa se fue en gasto corriente. Sueldos y
salarios descomunales a incondicionales y a compromisos de campaña al por
mayor.