Promesas de campaña ¿Como cumplirlas?

“El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”




Todos los candidatos en la elección del pasado primero de julio prometieron cambios a diestra y siniestra. La población que votó por ellos se dará cuenta que resulta casi imposible cumplir. Los candidatos a diputados prometieron leyes más justas y hacer una mayor gestión social ante las autoridades. Ni que decir de los candidatos a senador, esos prometieron de todo, desde la conveniencia de adherirse a tratados internacionales, hasta la muy y cansada cantaleta de la rendición de cuentas.



Los que sin duda se volaron la barda en eso de las promesas fueron los candidatos a gobernar alguna Entidad Federativa, en ello a muchos se les fue la imaginación a las nubes y prometieron desarrollos turísticos de ensueño, en donde los paseantes tendrían paso franco y sin costo, hasta aquello que fue acremente criticado y que ahora que volvió a subir la tarifa del transporte público en Morelos nos pone a pensar. Si, acuérdense que el candidato del Partido Social Demócrata-PSD-prometió un transporte público de calidad y totalmente gratuito.



También hubo quién prometió un desarrollo prometedor al campo y afirmó que no dejaría que las enormes constructoras de vivienda en Morelos, como Geo, Homex y otras más, siguieran depredando el campo morelense con la excusa de seguir construyendo sus horrorosas viviendas. Así oímos promesas por doquier y compromisos que en los hechos son harto difíciles, qué no imposibles cumplir.



Hagamos algunos números, numeralia les llaman los que saben. Al poder ejecutivo del Estado de Morelos le fue autorizado un presupuesto de egresos por el orden de los veinte mil millones de pesos en este año. Ahora bien, de esos dineros, más del ochenta por ciento se va en gasto corriente, es decir, casi dieciséis mil millones de pesos se gastan en sueldos, salarios y gastos de administración, con lo cual solo le restarían unos cuatro mil millones de pesos al año para obras y nuevos proyectos. Es importante resaltar que el Gobierno Federal participa en muchas de las obras que se hacen en Morelos, pero de ellas, los recursos que se envían están totalmente etiquetados, es decir, el Gobierno del Estado solo sería el intermediario de ellos.



Bien, si tomamos en cuenta lo anterior, entonces saque Ud. sus cuentas de cómo le haría el nuevo gobierno para cumplir las promesas de campaña, ahí le van solo unas “perlas” de lo que el actual gobernador electo prometió:



Secretaría de la Cultura, cuatrocientos millones o sea el 2% del presupuesto anual, Fondo PYME, ciento cincuenta millones de pesos, cuarenta y dos CENDIS a cincuenta millones cada uno, dos mil cámaras de vigilancia, veinte millones, Estadio en Zacatepec, cuatrocientos millones, Hospital en Jiutepec, seiscientos millones, Secretaría de Desarrollo Sustentable, treinta y seis millones, Duplicar inversión en el campo noventa millones, Secretaría de Información, ciento cuarenta millones de pesos, Procuraduría de Justicia Ambiental, seis millones, Beca salario a todos los estudiantes, ochocientos millones, Comisión Estatal de Desarrollo, doce millones, Auditorio en Cuernavaca, noventa millones de pesos, Resolver déficit de la UAEM, doscientos ochenta millones de pesos, Centro de Investigación de Comunicación de la Ciencia, siete millones.



A todo lo anterior habría que anexarle el costo de los dos ingenios azucareros que pronto saldrán a la venta pública y que les estimo un valor no menor a los trescientos millones de pesos cada uno.



Me queda claro, qué en virtud de las enormes promesas que hizo el gobernador electo en campaña, es que anda desesperado tratando de conformar-con el apoyo del gobierno estatal actual-el proyecto de la disposición de cuando menos dos de las cinco secretarías que prometió. En buen cristiano, tratará a pie juntillas de que el Congreso del Estado que entra este primero de septiembre le apruebe estas, con la finalidad de poderle pedir un incremento al Gobierno Federal dentro de su presupuesto.



Ahora bien, si no logra que el Congreso le apruebe la Secretaría de Cultura y la de Información, entonces entrará en la lógica de tratar de endeudar al Estado-como lo hizo Moreira en Coahuila y Godoy en Michoacán-con la finalidad de qué, vía recursos de la banca privada o pública, pueda hacer frente al cúmulo de promesas en campaña.



“Nadie está obligado a lo imposible” esa es una máxima jurídica inapelable, pero, ¿El no cumplir promesas de campaña no es motivo de juicio político? Ahí la dejo.



JABONAZO



Nombres y más nombres se barajan para el gabinete del próximo Gobierno del Estado. ¿Sabrán que algunos están impedidos?







No hay comentarios: