El crédito de la ignominia

Finalmente la semana pasada el gobierno del estado de salió con la suya y “haiga como haiga sido”, veintitrés de treinta diputados le autorizaron el tan desacreditado empréstito al titular del gobierno de la Nueva Visión. Hay quien afirma que el PRI, el cual en teoría debiera de ser la oposición más seria que el gobernador Ramírez tendría, recibió “línea” desde las oficinas de César Camacho y así, para no tensar el Pacto por México a nivel nacional con un gobernador del PRD, que no de izquierda, habría accedido a presionar a sus representantes populares en Morelos para apoyar el empréstito de marras.

Pero, existe otra versión que afirma que algunos representantes no solo del PRI, sino también del Partido Verde, de Nueva Alianza y el solitario del PSD, habrían recibido múltiples velices llenos de marmaja que sumarían en parte proporcional cuando menos el uno por ciento del monto total del crédito. En esa lógica algo así como veintiocho millones de pesos habrían sido repartidos entre los veintitrés diputados que alzaron la mano. Un millón doscientos mil pesos por cabeza de diputado que aprobó endeudar a Morelos en dos mil ochocientos millones de pesos por dieciocho años, tres sexenios exactamente.

Solo seis diputados no aprobaron el empréstito, el otro que no votó a favor no fue porque lo haya manifestado públicamente, sino porque no obstante que se registró su presencia en el salón de sesiones, en el preciso momento de la votación, tal vez le ganó la vejiga y tuvo que abandonar el cabildo con el resultado de que al no haber sufragado a favor no tendría de derecho al premio acordado.

Los cuatro diputados del PAN, además de Matías Nazario y Rosalina Mazari del PRI, fueron los únicos representantes populares que congruentemente con el pensamiento ideológico de sus institutos políticos y de sus personas, alzaron la mano para no aprobarlo y con ello dejar conciencia de qué lo que se estaba llevando a cabo era un acto irresponsable que llevaría a Morelos a enfrentar problemas financieros gravísimos en el corto y en el largo plazo.

Pero, ¿Cómo le habría hecho el gobierno del estado para hacerse de esos veintiocho millones pesos en efectivo? Bueno, pues la respuesta que se escucha ya, es que algunos empresarios-no morelenses-habrían aportado dicha cantidad con la promesa de que cuando se ejerza el empréstito, el mismo serviría para que sus empresas fueran favorecidas desde las más altas esferas del poder ejecutivo con obras, remodelaciones o fondos de inversión, de ahí que el flamante Coordinador de Inversiones del Gobierno de Morelos, José de los Ríos, dicen, se estaría frotando las manos al ser él el encargado de manejar esos fondos de inversión a diestra y siniestra.

Así las cosas, el endeudamiento aprobado por dos mil ochocientos millones de pesos, contempla la obligación de constituir un comité que le de seguimiento a las obras e inversiones que con ellos se llevarían a cabo, lo que no dice es quien o quienes estarían en el. Mucho me temo que estarían algunos empresarios morelenses que a cambio de callarse la boca, recibirían algunas obras mediocres y con poco valor. Algunos otros, los menos, serían empresarios del concreto y el cemento que estarían de plácemes al ser tomados en cuenta. De algo pueden estar seguros, no habrá un ciudadano en ése comité que pueda hablar libremente u oponerse a lo que de suyo ya está más que aprobado.

La oposición ciudadana está  muy molesta con la aprobación del oprobioso crédito. Ya se habla que el frente ciudadano que apoyó las marchas por la paz y que exigió a los diputados no autorizar dicho crédito podría interponer un juicio de amparo en contra de la aprobación del mismo. Parece pues que la real y verdadera oposición al gobierno de Graco Ramírez proviene de los ciudadanos y no de los partidos políticos, salvo el PAN y dos diputados del PRI que son dignos de reconocimiento, a los cuales que se les puede llamar oposicionistas y no colaboracionistas.

Pobre Morelos, dos mil ochocientos millones de pesos a cuestas será el precio que tendremos que pagar todos por obras que ni siquiera cuentan con los proyectos ejecutivos respectivos. Ya veremos en pocos meses lo que costó el capricho de traer a Placido Domingo a Tequesquitengo, nos vamos a ir de espaldas al enterarnos del costo de la obra arquitectónica  llamada “Arena Teques”.

JABONAZO

Una empresa de Ameca, Jalisco, MDDV,  fue la encargada de la compra de casi un millón de pesos en utensilios de cocina para el DIF-Estatal. Lo raro es que ésta empresa se dedica al desarrollo y administración de proyectos arquitectónicos. ¿Qué raro, no?





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