De nada sirvieron los operativos que desde la sede del poder ejecutivo federal le mandaron al PRI. Ni el escandaloso e inútil asunto de la detención de Jorge Hank Rhon en Tijuana, ni las estridentes declaraciones del pesado de Javier Lozano o los llamados, casi al grado de la desesperación, del pequeño secretario de hacienda, Ernesto Cordero, para que Enrique Peña Nieto lo “subiera al ring” a debatir la agenda económica del país, sin dejar de mencionar, la pastosa y a veces hasta aburrida letanía de Alonso Lujumbio, haciendo todo para que desde su partido lo vean y lo tomen en cuenta, sirvió de algo para que la ciudadanía no se manifestara éste tres de julio pasado, a favor del revolucionario institucional. La paliza electoral fue monumental.
Desde luego que ya salieron a justificar sus derrotas los partidos que perdieron las elecciones. Guadalupe Acosta Naranjo, candidato perdedor del PRD en Nayarit y ex presidente nacional de ése partido político, no dudó ni un ápice en culpar de todo a Andrés Manuel López Obrador.
El cínico perredista, culpó de su derrota a la falta de entendimiento previo entre las fuerzas de izquierda, el PT, Convergencia y el Partido del sol azteca. Lo que no dijo, es que previo a la decisión de nombrar al candidato en esa entidad federativa, esos mismos partidos aceptaron que sería el precandidato, con la mejor posibilidad de triunfo, el que abanderaría a esos tres institutos políticos. Acosta Naranjo no cumplió con el acuerdo y no obstante que la diputada local del PRD, Martha Elena García Gómez, le sacaba una enorme ventaja en las encuestas previas, se “montó en su macho” y utilizando la mayoría que tienen “Los Chuchos” de Felipe Calderón, en el consejo nacional de ése partido-grupo al que pertenece-éste impuso su candidatura al gobierno de Nayarit, dejando fuera a García Gómez, la cual finalmente obtuvo el segundo lugar, sacándole a Acosta Naranjo más de veinticinco puntos porcentuales en la elección.
El caso del Estado de México se cuece aparte. Finalmente, el movimiento de regeneración nacional, MORENA, de AMLO, demostró que está vivo y más actuante que nunca. Las cifras son claras y ni con la alianza que tanto promovió Felipe Calderón desde “Los Pinos” entre el PAN y el PRD de “Los Chuchos”, les hubieran ajustado las cifras para ganar. A duras penas se hubiera obtenido un treinta y ocho por ciento de la votación, muy por debajo del sesenta por ciento que obtuvo el PRI.
La peor parte de la derrota electoral la lleva el PAN en el Estado de México. Su candidato, Luis Felipe Bravo Mena, nunca tuvo el apoyo total de su partido, ése “relanzamiento” de su campaña electoral semanas después del inicio oficial de la justa, dio una pésima señal al electorado. Con mucho trabajo pudieron obtener un pírrico doce por ciento de la votación general y digan lo que digan, la felpa que les propinaron, tuvo alcances para la elección presidencial del 2012 y si no, al tiempo.
Ya ni hablar de Coahuila e Hidalgo. En Nayarit el PAN obtuvo una votación abultada, dado que el PRD soltó a su precandidato mejor posicionado y fueron utilizadas a favor de los blanquiazules, mucha de la estructura priista que Martha Elena García Gómez traía como bagaje, al ser la esposa del ex gobernador priista de esa entidad, Antonio Echavarría Domínguez, de 1999 al 2005.
La lección para el PAN después del tres de julio pasado es colosal. El partido del Presidente de la República o le entra de lleno a una reflexión profunda de lo que ha hecho bien, lo que ha hecho mal y lo que ha dejado de hacer o tendrán que entregar el poder el año que entra. Ahí están muchos de los errores cometidos en éstos diez años de gobierno panista. Urge que el PAN juzgue a sus propios gobernantes y deje de ser tapadera de tanto ladrón que llego al poder a través de sus siglas. Ahí siguen los ominosos ejemplos de Sergio Estrada Cajigal en Morelos y sus relaciones peligrosas con el crimen organizado las cuales siguen impunes hasta la fecha.
En Morelos el reto del PAN para el 2012 está “cuesta Arriba”. No se entiende que quieran ganar el 2012, cuando existen temas y personas que no han sido llevadas ante la justicia. Las escandalosas fortuna súbitas de personas dentro del circulo más cercano del gobernador Marco A. Adame hacen mella en el sentir del voto. Siguen pendientes los temas de corrupción en el gobierno del estado, solo basta con darse “una vuelta” por las casas habitación de algunos de los secretarios de gabinete, para cerciorarse que algo anda muy mal.
Si el PAN manda a un candidato como Luis Felipe Bravo Mena para Morelos en el 2012, estará cavando su tumba. Sería un error el siquiera pensar que Adrian Rivera pudiera obtener una votación ganadora para gobernador o Claudia Mariscal Vega para Cuernavaca.
Si el PAN quiere meterse en la pelea por las elecciones del 2012, debe de tomar decisiones fuertes. Marco A. Adame debe de pensar que existen muchos colaboradores que son un verdadero lastre para su partido. El cambio del procurador debe de ser imperioso y la revisión en la CEAMA urgente, la “vox populi” habla de una excesiva corrupción.
JABONAZO
El PAN tuvo el veintiséis por ciento de la votación en el 2005 en el Estado de México. El pasado domingo solo el doce por ciento. Es una hecatombe.
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