“La primera noche ellos se acercan y cortan una flor de nuestro jardín, pero no decimos nada. La segunda noche, ya no se esconden y pisan las flores, matan nuestro perro y no decimos nada. Hasta que un día, el más débil de ellos entra solo en nuestra casa, nos roba la luna y, conociendo nuestro miedo, nos arranca la voz de la garganta. Y porque no dijimos nada ya no podemos decir nada”.
Vladimir Maiakovski.
Corría el 26 de abril
de 1996, los ánimos de la gente estaban por demás encendidos, la inmovilidad de muchos años se había tornado
en la unión de todos en torno a un problema gravísimo: La inseguridad
galopante. La gente se empezó a juntar, todos vestidos de blanco y con la premisa
de marchar en silencio, en la parte de la vanguardia de la marcha iba un grupo
de valientes jóvenes-muchos de ellos
ahora en el gobierno de la Nueva Visión-que sostenían una enorme manta que
rezaba: “Basta de Violencia”.
Nos juntamos alrededor
de dos o tres mil personas-el gobierno
sostuvo que menos- el lugar para congregarnos fue el viejo chapitel de
Guadalupe, mejor conocido como “El
Calvario” y de ahí marchamos cuesta abajo sobre la calle de Matamoros hasta
llegar al zócalo, en donde dimos vuelta cobre la calle de Miguel Hidalgo hasta
topar con “El Palacio de Cortés”, ahí
dimos vuelta sobre Gutenberg hasta llegar a la explanada de la Plaza de Armas,
en donde ya nos esperaba un pequeño templete donde empezamos a entonar la “Marcha Morelenses” del maestro León
Guzmán. El gobernador Carrillo Olea solo dejó pasar a un pequeño grupo
ciudadano que fue recibido con malos tratos en el “Salón Morelos” del Palacio de Gobierno.
Ahí empezó la debacle
del gobierno de Carrillo, la soberbia de muchos de sus secretarios hizo
endurecer la postura de los marchistas, los cuales al cabo de los meses harían
dos marchas más y una especial a finales del año 1997, en donde se daba a
conocer el referéndum de revocación de mandato en contra del gobernador, lo que
finalmente lograría su salida no sin antes llegar a un acuerdo con el
Presidente Zedillo.
Éste domingo treinta de
junio habrá una nueva marcha ciudadana en contra de la inseguridad y en favor
de la paz. Los organizadores están más que animados en que la convergencia en
ella sea apoteósica y que de una vez por todas los gobernantes, tanto de
Morelos como de Cuernavaca, entiendan que la situación que se vive a diario es
gravísima. Las cifras que dio a conocer la SEGOB, en manos del Consejo Nacional
de Seguridad, ponen a Morelos en una posición de inseguridad nunca vista en
épocas anteriores, vaya ni en el peor momento del gobierno de Carrillo Olea
estaban pasando cosas de la dimensión que vemos u oímos a diario en Cuernavaca
y su zona conurbada.
Secuestros, homicidios,
levantones, derecho de piso, extorsiones al por mayor, robos con violencia a
casa habitación, robo de automotor a mano armada y por si fuera poco, ahora
también la alerta de género que fue propuesta por los diputados del Partido
Movimiento Ciudadano-Ricardo Moreal-en
días pasados en el Congreso de la Unión y que ponen al gobernador Ramírez
contra las cuerdas en la opinión pública estatal y nacional.
El hartazgo de la gente
ya llegó, se están cerrado negocios. Es claro que desde las oficinas
alfombradas y seguras del secretario de gobierno las cosas se perciben distinto
y es por eso que una más de sus desafortunadas expresiones, el encargado de la
política interna, haya asegurado que el problema de la inseguridad es solo de
percepción. ¿Habíase visto cinismo más rampante?
En fin, éste treinta de
junio habremos de marchar otra vez, no sé si la gente finalmente lo hará
callada o será un buen momento para explayar su enojo y desesperación en contra
de las autoridades y por allí se escuchen airadas frases mentándole la madre
desde el gobernador, hasta el jefe de los policías y pasando por el encargado
del desarrollo económico el cual es culpable en gran medida de lo que acontece
en la tierra de Zapata actualmente al no cumplir con su función de detonador de
las oportunidades laborales.
Treinta de junio, diez
de la mañana, con una veladora encendida en la mano, así marcharemos hasta la
Plaza de Armas de Cuernavaca a exigirle al gobernante en turno que cumpla son
la función constitucional que le fue entregada.
JABONAZO
Está el asunto de la
inseguridad tan grave, que el CCSP-Consejo
Ciudadano de Seguridad Pública-convocó a reunión URGENTE, A PUERTA CERRADA por
ordenes del Señor Gobernador. ¿Cómo la ven?
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