¡Perro que come huevo, aunque le quemes el hocico!
Así decían las abuelas cuando se referían a alguien que actuaba de cierta manera y que difícilmente cambiaría su naturaleza. Frase muy socorrida para definir a los borrachines que volvían a recaer o para aquellos que hacían de la traición su forma de conducirse y expresión ésta, que queda como anillo al dedo en el aquelarre que se suscitó entre priistas de Morelos las pasadas semanas. Las traiciones entre personajes ligados a éste instituto político andan a lo orden del día.
Una de esas traiciones burdas y estúpidas -normal en él- es la que escenificó la semana que pasó el mecánico cachondo, si, ese que desgobernó a Morelos el sexenio pasado y que tuvo a nuestra Entidad Federativa entre los titulares de la nota roja y las crónicas del corazón. Si adivinó su nombre amable lector: Sergio Estrada Ramírez.
Cuenta Jorge Arizmendi, representante popular local del PRI y efímero coordinador de esa bancada en la cámara de los diputados, que en la batalla que se sigue librando en contra de Guillermo del Valle y Marisela Sánchez, se enteró que Sergio Estrada le había jugado las contras a Manuel Martínez Garrigos. Cuenta Jorge que en público restaurante de ésta ciudad capital, el ex gobernador y excelso galán de petatiux, mantuvo una álgida y larga conversación con quien en su momento fuera uno de sus “mozos de espadas” en la secretaría de desarrollo económico, Gabriel Haddad Giorggi, quien actualmente es diputado local por ese mismo partido.
En esa conversación, el inefable Estrada Ramírez le habría demandado a Haddad que le retirara el apoyo a Jorge Arizmendi y a quien éste representa como coordinador de los del PRI y que se lo diera a Memo y Marisela, prometiéndole que una vez que estos estuvieran rigiendo al PRI nuevamente, el libanes obtendría canonjías sin igual y apoyo para que siguiera su carrera política dentro del partido tricolor, a lo que valerosamente Gabriel Haddad habría contestado con un ¡no! rotundo que puso al ingenuo o infantil Estrada contra la pared. Se había jugado una carta muy alta en el póker político y la jugada no le resultó. Así se manejan los autistas de la política.
El personaje más emblemático del PRI en Morelos en éste momento es Manuel Martínez Garrigos, el joven Edil electo, guste o no, es la carta de presumir de ese partido. Enfrentarse o confrontarse con él es jugar al suicida político en el tricolor, es claro que Manuel ha tenido y mantiene actualmente la mejor relación con el centro, Beatriz Paredes cree en él y está segura de que hará el mejor papel siempre y cuando cumpla con los compromisos políticos que adquirió, entre ellos las alianzas que tiene que honrar con grupos ajenos al PRI. Una de esas aparentes ligas era con quien ahora lo traiciona y que a voz en cuello expresó que lo iba a asesorar. El mecánico sigue siendo muy malo para esto de la política, es una cebra como atinadamente lo definieron en su momento: Un Burro que se rayó.
El jugarle las contras a Garrigos y su gente, pone a Estrada en un estado total de indefensión legal y con fuertes posibilidades de que su poderoso enemigo, Marco Adame Castillo, de una vez por todas, lo haga pagar la enorme cantidad de tropelías que cometió cuando fue gobernador. En buen cristiano, la alianza aparente que mantiene una parte del PRI ajena a Marisela y Memo con el gobierno del estado es clara y en esa alianza le puedo garantizar que está de por medio la cabeza del mecánico fogoso. Dicen que en la última reunión del médico Adame con el Secretario Gómez Mont, el nombre de Sergio Estrada se nombró varias veces y no con el fin de hacerle un reconocimiento a su “estupenda” gestión, más bien para ponerlo en manos de la justicia federal.
En éste asunto de las traiciones de Sergio salta a la palestra el diputado federal Paco Moreno Merino, al cual se le está atribuyendo una singular animosidad de llegar a acuerdos con el gobierno estatal, que le permitan al huésped de la casa de gobierno transitar éstos últimos tres años con tranquilidad y buen entendimiento con la primera fuerza política en el congreso federal. De ahí que vuelva a surgir la duda de si Sergio Estrada actuó solo en esto de convencer a Haddad o fue un consejo que le diera el diputado Moreno con la finalidad de echarlo a la jaula de los leones.
Hay quien sostiene que Paco Moreno también le estaría jugando las contras a Manuel. Si algo no tiene Moreno Merino es ser estúpido, sabe muy bien que para llegar a ser el próximo candidato del PRI en el 2012 a la Presidencia Municipal de Cuernavaca requerirá forzosamente del apoyo de Martínez Garrigos y de todos los acuerdos que éste logró. No se olvide que en las pasadas elecciones Manuel le sacó a Paco más de quince mil votos exactamente en el mismo distrito electoral: Cuernavaca.
Perro que come huevo, aunque le quemes el hocico. Estrada fue un afortunado de la política, un accidente electoral y la estrella se le está apagando. Por lo pronto el próximo Presidente Municipal de Cuernavaca deberá de deslindarse de él públicamente y si no al tiempo.
JABONAZO
“Por Cuernavaca” Así se llamará el movimiento que enarbolará la recuperación de la dignidad de la Ciudad de la Eterna Primavera. Bien por Marco A. Díaz Gómez y los “guayabos” que lo acompañan.
Así decían las abuelas cuando se referían a alguien que actuaba de cierta manera y que difícilmente cambiaría su naturaleza. Frase muy socorrida para definir a los borrachines que volvían a recaer o para aquellos que hacían de la traición su forma de conducirse y expresión ésta, que queda como anillo al dedo en el aquelarre que se suscitó entre priistas de Morelos las pasadas semanas. Las traiciones entre personajes ligados a éste instituto político andan a lo orden del día.
Una de esas traiciones burdas y estúpidas -normal en él- es la que escenificó la semana que pasó el mecánico cachondo, si, ese que desgobernó a Morelos el sexenio pasado y que tuvo a nuestra Entidad Federativa entre los titulares de la nota roja y las crónicas del corazón. Si adivinó su nombre amable lector: Sergio Estrada Ramírez.
Cuenta Jorge Arizmendi, representante popular local del PRI y efímero coordinador de esa bancada en la cámara de los diputados, que en la batalla que se sigue librando en contra de Guillermo del Valle y Marisela Sánchez, se enteró que Sergio Estrada le había jugado las contras a Manuel Martínez Garrigos. Cuenta Jorge que en público restaurante de ésta ciudad capital, el ex gobernador y excelso galán de petatiux, mantuvo una álgida y larga conversación con quien en su momento fuera uno de sus “mozos de espadas” en la secretaría de desarrollo económico, Gabriel Haddad Giorggi, quien actualmente es diputado local por ese mismo partido.
En esa conversación, el inefable Estrada Ramírez le habría demandado a Haddad que le retirara el apoyo a Jorge Arizmendi y a quien éste representa como coordinador de los del PRI y que se lo diera a Memo y Marisela, prometiéndole que una vez que estos estuvieran rigiendo al PRI nuevamente, el libanes obtendría canonjías sin igual y apoyo para que siguiera su carrera política dentro del partido tricolor, a lo que valerosamente Gabriel Haddad habría contestado con un ¡no! rotundo que puso al ingenuo o infantil Estrada contra la pared. Se había jugado una carta muy alta en el póker político y la jugada no le resultó. Así se manejan los autistas de la política.
El personaje más emblemático del PRI en Morelos en éste momento es Manuel Martínez Garrigos, el joven Edil electo, guste o no, es la carta de presumir de ese partido. Enfrentarse o confrontarse con él es jugar al suicida político en el tricolor, es claro que Manuel ha tenido y mantiene actualmente la mejor relación con el centro, Beatriz Paredes cree en él y está segura de que hará el mejor papel siempre y cuando cumpla con los compromisos políticos que adquirió, entre ellos las alianzas que tiene que honrar con grupos ajenos al PRI. Una de esas aparentes ligas era con quien ahora lo traiciona y que a voz en cuello expresó que lo iba a asesorar. El mecánico sigue siendo muy malo para esto de la política, es una cebra como atinadamente lo definieron en su momento: Un Burro que se rayó.
El jugarle las contras a Garrigos y su gente, pone a Estrada en un estado total de indefensión legal y con fuertes posibilidades de que su poderoso enemigo, Marco Adame Castillo, de una vez por todas, lo haga pagar la enorme cantidad de tropelías que cometió cuando fue gobernador. En buen cristiano, la alianza aparente que mantiene una parte del PRI ajena a Marisela y Memo con el gobierno del estado es clara y en esa alianza le puedo garantizar que está de por medio la cabeza del mecánico fogoso. Dicen que en la última reunión del médico Adame con el Secretario Gómez Mont, el nombre de Sergio Estrada se nombró varias veces y no con el fin de hacerle un reconocimiento a su “estupenda” gestión, más bien para ponerlo en manos de la justicia federal.
En éste asunto de las traiciones de Sergio salta a la palestra el diputado federal Paco Moreno Merino, al cual se le está atribuyendo una singular animosidad de llegar a acuerdos con el gobierno estatal, que le permitan al huésped de la casa de gobierno transitar éstos últimos tres años con tranquilidad y buen entendimiento con la primera fuerza política en el congreso federal. De ahí que vuelva a surgir la duda de si Sergio Estrada actuó solo en esto de convencer a Haddad o fue un consejo que le diera el diputado Moreno con la finalidad de echarlo a la jaula de los leones.
Hay quien sostiene que Paco Moreno también le estaría jugando las contras a Manuel. Si algo no tiene Moreno Merino es ser estúpido, sabe muy bien que para llegar a ser el próximo candidato del PRI en el 2012 a la Presidencia Municipal de Cuernavaca requerirá forzosamente del apoyo de Martínez Garrigos y de todos los acuerdos que éste logró. No se olvide que en las pasadas elecciones Manuel le sacó a Paco más de quince mil votos exactamente en el mismo distrito electoral: Cuernavaca.
Perro que come huevo, aunque le quemes el hocico. Estrada fue un afortunado de la política, un accidente electoral y la estrella se le está apagando. Por lo pronto el próximo Presidente Municipal de Cuernavaca deberá de deslindarse de él públicamente y si no al tiempo.
JABONAZO
“Por Cuernavaca” Así se llamará el movimiento que enarbolará la recuperación de la dignidad de la Ciudad de la Eterna Primavera. Bien por Marco A. Díaz Gómez y los “guayabos” que lo acompañan.
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