Cuatro inmuebles fueron los iconos de la presencia de Don Plutarco Elías Calles, Presidente de la República en el cuatrienio 1924-1928 en la bella ciudad de la Eterna Primavera. Tres de ellos sobre la Avenida Morelos y el cuarto en la parte sur de la ciudad capital, en donde en alguna época se asentó el panteón municipal de la vieja Cuernavaca, me refiero al “Club de Golf de Cuernavaca” actualmente propiedad de Carlos Slim Helú.
La primera de ellas fue la bella quinta “Las Palmas”. Haciendo casi un rectángulo perfecto entre las calles de Morelos, Álvaro Obregón, Motolinía y Cuauhtemotzín, situada justamente en donde se ubica actualmente la “Comercial Mexicana del Centro”, la hermosa residencia albergó durante algunos años a la familia presidencial que gustaba del magnifico clima de la ciudad de Cuernavaca y Don Plutarco de ir a jugar golf al viejo campo que bajo sus auspicios abrió sus puertas en el año 1933. El títere Presidente de la República que instaló bajo la vergonzosa época del “máximato” era asiduo compañero de “foursome” del “Jefe Máximo de la Revolución” como se hizo auto llamar Calles. Abelardo L. Rodríguez fue quien ordenó a la Secretaría de Guerra y Marina que proyectara la cancha de golf profesional de nueve hoyos para Don Plutarco. La destrucción de la quinta “Las Palmas” fue sin duda el primer “historicidio” que el Ayuntamiento de Cuernavaca, el Gobierno del Estado, el Gobierno Federal y el INAH permitieron allá por los años 70s. sin que nadie alzara la voz.
El segundo inmueble es sin duda en donde se encuentran situadas las actuales oficinas regionales de “Banamex” y que fue construida en su totalidad por Don Aarón Sáenz, quien fuera en su momento Secretario de Relaciones Exteriores dentro del gobierno de Elías Calles. Situada ésta esplendida residencia entre las calles de Abasolo, Motolinia, Álvaro Obregón y Morelos todavía mantiene el señorío de la época y la institución financiera ha sido cuidadosa de mantenerla incólume casi en su totalidad. Tal vez lo único que ha perdido por el tiempo son algunos esplendidos arboles que daban a la Avenida Morelos y que hacían imposible el acceso al estacionamiento de la residencia. En los 30s. la residencia de Don Aarón Sáenz y la de Don Plutarco Elías Calles solo estaban separadas por la calle actual de Motolinia. Cuenta la historia que de allí salían caminado o a veces en automóvil el Presidente en Funciones, el que gobernaba realmente y sus acompañantes a las instalaciones del “Club de Golf de Cuernavaca” vestidos para la ocasión y haciendo apuestas de quien sería el mejor jugador de ése día.
El tercer inmueble es la casa de quien fuera en su momento secretario privado o particular de Don Plutarco Elías Calles, bellamente circundada por una barda en forma de flecha, la preciosa residencia de Don Federico T. de la Chica ésta situada entre las calles de Motolinia, Netzahualcóyotl y la avenida Morelos, exactamente en contra esquina de la quinta “Las Palmas" y en frente de la casa de Don Aarón Sáenz. Circundada por bellos jardines, enormes laureles y amates, el bello “palacete” todavía se mantiene en excelente condición. Heredada a la sucesión de los hijos de Don Federico, la propiedad fue vendida a varias familias, entre las que destacan la de apellido Molina del sureste de la república, quien se dice la vendió en la época reciente a la empresa “Autobuses Pulman de Morelos S.A.”.
Don Federico de la Chica fue quien desarrolló el fraccionamiento del Club de Golf de Cuernavaca allá por los años 40s. y se le atribuyen entre otras inversiones la compra por ordenes del General Calles del periódico nacional “Excélsior”, así como la fundación de la Universidad Ibero Americana. Hay quien le atribuye a éste empresario el ser el “prestanombres” del Presidente Calles. Desde luego que fue sin duda un personaje central en la vida de quien fuera el fundador del PNR y jefe de las instituciones revolucionarias hasta la llegada de Don Lázaro Cárdenas quien lo destierra de México y lo manda a USA.
El próximo “historicidio” está listo, la casa de quien fuera el hombre de confianza de Calles va a ser derruida. “Autobuses pulman de Morelos” tiene preparada ya la demolición de la misma, en lugar de ello piensan-y ya cuentan con los permisos extendidos por el Ayuntamiento de Cuernavaca-construir una nueva y “moderna” central de autobuses, además de un desarrollo comercial en donde habrá desde locales comerciales, bancos, despachos etc. hasta un estacionamiento gigantesco para sus unidades.
Se planea que diez días antes de que salga la administración panista del municipio de Cuernavaca se empiece a derruir la propiedad, para ello ya han contratado a una empresa especializada y lo hará en un tiempo record previniendo el descontento de los habitantes de la ciudad capital que seguramente verán en ello una monstruosidad irreparable. Lo hacen de esa manera para dejarle al gobierno de Manuel Martínez Garrigos una “papa caliente” en las manos que será difícil de manejar y controlar dado lo histórico del lugar y lo bucólico de su entorno que seguramente provocará reacciones de descontento entre la comunidad ecológica del estado.
Cuernavaca requiere una “Central Camionera” fuera de la ciudad, en donde confluyan todas la líneas de pasajeros. No queremos una central camionera más en el centro de la ciudad. Solo a unos insensatos se les pudo haber ocurrido autorizar ésta obra.
¡No al “historicidio-ecocidio” de la casa de Don Federico de la Chica!
JABONAZO
“Arde Tabachines”. De mesa a mesa en la casa Club: ¿Sabías lo de Mercado? No, dime. Vinieron a buscarlo los de la SIEDO. ¿Y cuando vendrán por los demás?
La primera de ellas fue la bella quinta “Las Palmas”. Haciendo casi un rectángulo perfecto entre las calles de Morelos, Álvaro Obregón, Motolinía y Cuauhtemotzín, situada justamente en donde se ubica actualmente la “Comercial Mexicana del Centro”, la hermosa residencia albergó durante algunos años a la familia presidencial que gustaba del magnifico clima de la ciudad de Cuernavaca y Don Plutarco de ir a jugar golf al viejo campo que bajo sus auspicios abrió sus puertas en el año 1933. El títere Presidente de la República que instaló bajo la vergonzosa época del “máximato” era asiduo compañero de “foursome” del “Jefe Máximo de la Revolución” como se hizo auto llamar Calles. Abelardo L. Rodríguez fue quien ordenó a la Secretaría de Guerra y Marina que proyectara la cancha de golf profesional de nueve hoyos para Don Plutarco. La destrucción de la quinta “Las Palmas” fue sin duda el primer “historicidio” que el Ayuntamiento de Cuernavaca, el Gobierno del Estado, el Gobierno Federal y el INAH permitieron allá por los años 70s. sin que nadie alzara la voz.
El segundo inmueble es sin duda en donde se encuentran situadas las actuales oficinas regionales de “Banamex” y que fue construida en su totalidad por Don Aarón Sáenz, quien fuera en su momento Secretario de Relaciones Exteriores dentro del gobierno de Elías Calles. Situada ésta esplendida residencia entre las calles de Abasolo, Motolinia, Álvaro Obregón y Morelos todavía mantiene el señorío de la época y la institución financiera ha sido cuidadosa de mantenerla incólume casi en su totalidad. Tal vez lo único que ha perdido por el tiempo son algunos esplendidos arboles que daban a la Avenida Morelos y que hacían imposible el acceso al estacionamiento de la residencia. En los 30s. la residencia de Don Aarón Sáenz y la de Don Plutarco Elías Calles solo estaban separadas por la calle actual de Motolinia. Cuenta la historia que de allí salían caminado o a veces en automóvil el Presidente en Funciones, el que gobernaba realmente y sus acompañantes a las instalaciones del “Club de Golf de Cuernavaca” vestidos para la ocasión y haciendo apuestas de quien sería el mejor jugador de ése día.
El tercer inmueble es la casa de quien fuera en su momento secretario privado o particular de Don Plutarco Elías Calles, bellamente circundada por una barda en forma de flecha, la preciosa residencia de Don Federico T. de la Chica ésta situada entre las calles de Motolinia, Netzahualcóyotl y la avenida Morelos, exactamente en contra esquina de la quinta “Las Palmas" y en frente de la casa de Don Aarón Sáenz. Circundada por bellos jardines, enormes laureles y amates, el bello “palacete” todavía se mantiene en excelente condición. Heredada a la sucesión de los hijos de Don Federico, la propiedad fue vendida a varias familias, entre las que destacan la de apellido Molina del sureste de la república, quien se dice la vendió en la época reciente a la empresa “Autobuses Pulman de Morelos S.A.”.
Don Federico de la Chica fue quien desarrolló el fraccionamiento del Club de Golf de Cuernavaca allá por los años 40s. y se le atribuyen entre otras inversiones la compra por ordenes del General Calles del periódico nacional “Excélsior”, así como la fundación de la Universidad Ibero Americana. Hay quien le atribuye a éste empresario el ser el “prestanombres” del Presidente Calles. Desde luego que fue sin duda un personaje central en la vida de quien fuera el fundador del PNR y jefe de las instituciones revolucionarias hasta la llegada de Don Lázaro Cárdenas quien lo destierra de México y lo manda a USA.
El próximo “historicidio” está listo, la casa de quien fuera el hombre de confianza de Calles va a ser derruida. “Autobuses pulman de Morelos” tiene preparada ya la demolición de la misma, en lugar de ello piensan-y ya cuentan con los permisos extendidos por el Ayuntamiento de Cuernavaca-construir una nueva y “moderna” central de autobuses, además de un desarrollo comercial en donde habrá desde locales comerciales, bancos, despachos etc. hasta un estacionamiento gigantesco para sus unidades.
Se planea que diez días antes de que salga la administración panista del municipio de Cuernavaca se empiece a derruir la propiedad, para ello ya han contratado a una empresa especializada y lo hará en un tiempo record previniendo el descontento de los habitantes de la ciudad capital que seguramente verán en ello una monstruosidad irreparable. Lo hacen de esa manera para dejarle al gobierno de Manuel Martínez Garrigos una “papa caliente” en las manos que será difícil de manejar y controlar dado lo histórico del lugar y lo bucólico de su entorno que seguramente provocará reacciones de descontento entre la comunidad ecológica del estado.
Cuernavaca requiere una “Central Camionera” fuera de la ciudad, en donde confluyan todas la líneas de pasajeros. No queremos una central camionera más en el centro de la ciudad. Solo a unos insensatos se les pudo haber ocurrido autorizar ésta obra.
¡No al “historicidio-ecocidio” de la casa de Don Federico de la Chica!
JABONAZO
“Arde Tabachines”. De mesa a mesa en la casa Club: ¿Sabías lo de Mercado? No, dime. Vinieron a buscarlo los de la SIEDO. ¿Y cuando vendrán por los demás?
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