Derechazo a Gómez Mont

Como si fuera uno de aquellos “fajadores” de le época del box mexicano de antaño, el secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont, retó hace unas semanas a los Capos del narco mexicano, les llamó cobardes y los retó a entrarle de lleno a los trancazos. Como émulo de aquellos “bronqueritos” de barriada, quien debiera de ser el paladín de la mesura y de la ecuanimidad, soltó su balandronada en contra de éstos poderosos y desalmados individuos, lo que no midió el ya famoso “Rey de Chocolate” es que más pronto que tarde, le respondieran con un derechazo a la quijada, secuestrando-hasta éste día-a quien ha sido por mucho su mentor y casi su “gurú”: Diego Fernández de Cevallos.

El ataque en contra del “Jefe” Diego tiene varias lecturas, sin embargo pensar en el secuestro por dinero es una salida harto ingenua, por no decir estúpida. Aseverar que también pudo haber sido una venganza en contra de Fernández de Cevallos por sus múltiples y millonarios “cochupos” legales, es desde luego una fábula que ni el mismo “La Fontaine” se hubiere creído. En éste lamentable asunto criminal no está de por medio el dinero, está en medio un golpe certero a la gobernabilidad del país y esto a quien más afecta es a Felipe Calderón y a su partido, pasando desde luego por el mismísimo secretario de gobernación que tiene sus días contados en el gabinete federal.

¿Quién sería el responsable de tan artero ataque a la República? Por supuesto que no es la banda de “Los Petricciolet” o alguna otra de las decenas que siguen actuando en nuestro país impunemente y que tienen en sus filas a policías en activo. Esos solo actúan cuando se trata de ciudadanos comunes y corrientes como Ud. y como yo.

Cuando se trata de un personaje de la envergadura social de Diego Fernández de Cevallos no se atreven ni siquiera a pensarlo, saben bien que la fuerza del estado estaría en su contra en cuestión de horas y sus mismos cómplices policiacos los echarían de cabeza.

Fernández de Cevallos viene de la política del acuerdo palaciego, oscuro y perverso, es amigo intimo de Carlos Salinas de Gortari, con el cual mantiene hasta éste momento intereses políticos enormes y mucho se ha escrito sobre el proyecto que ambos mantienen con Enrique Peña Nieto para la Presidencia de la República en el 2012, de ahí la ruptura de su incondicional, Gómez Mont, con Cesar Nava a principios de éste año. Nava rompió aquel vergonzoso acuerdo en donde éste fue testigo y en el cual, el PAN, se obligaba a no coaligarse con el PRD en ninguna elección en el 2010, pero fundamentalmente en la del Estado de México para el año que entra. Lo que nunca se dijo es que el convenio tronó por órdenes directas de Felipe Calderón.

Diego no es una “perita en dulce”, es un hábil negociante político que sabe en donde jalar y en donde ceder. Los últimos meses había permanecido convenientemente callado, no opinaba sobre los yerros del Presidente de la República, pero si influía directamente en las políticas de estado que desde Bucareli su pupilo ordenaba. Puede ser aquí, en donde se haya generado el malestar de alguno o algunos de los grupos de delincuencia organizada más poderosos de México y que el aparente secuestro de Diego hasta éste momento, no sea otra cosa que una “vendetta” del “Capo di tutti capi” Guzmán Loera, al cual le detuvieron a su esposa hace apenas unos días.

Me sorprende sobre manera el silencio de quienes perpetraron el hecho, pero más me sorprende la opacidad con que han estado actuando las autoridades y las cadenas televisoras. Pareciera pues, como si lo que se estuviera ganando fuera tiempo, con la finalidad de entablar alguna negociación con los malosos o buscando la manera de hacer menos pesado el golpe de una posible ejecución.

Ojalá y como sucedió con el vergonzoso asunto de la niña Paulette, no resulte que el cuerpo del “Jefe” Diego sea encontrado días después debajo de alguno de los escritorios de su cabaña y que incomprensiblemente aparezca de la nada.

JABONAZO

Para aquellos que quieren saber el nombre del “cachondo y galán” presidente municipal del PRD del que me referí la semana pasada. El nombre de su esposa es Irma.






No hay comentarios: