Como si fuera aquella “Ave Fénix” que puede planear por encima del pantano y no ensuciar su plumaje, así pareciera que el mediocre y ahora millonario ex gobernador de Morelos no posee un ápice de tizne en él. No hay nada, ni nadie que lo toque, no obstante que sigue saliendo a luz pública la descomposición en su sexenio. Aquí lo hemos ventilado hasta el hartazgo, pasa el tiempo y las autoridades federales y desde luego las estatales no pueden o no quieren fincarle responsabilidades dado el contubernio con un individuo, que no cuenta con capital político alguno, que está fuera del partido que lo llevó a la gubernatura y que cuenta con una larga cola que le pisen. Hay quien asegura que éste tipo cuenta con información clasificada que pondría al gobierno de Marco Adame contra la pared, de ahí que la Contralora Mariscal se haga convenientemente “Ojo de hormiga” con el que podría ser un novedoso y abultado peculado por quince millones de pesos, dado a conocer estos últimos días y que tendría como aparente beneficiario a la empresa “Power Print S.A de C.V” proveedora del servicio de inhibición de señales de celular en el penal de Atlacholoaya. Servicio digital que se encuentra inoperante desde hace varios meses. Otro GEMTEL se encuentra en ciernes.
Ventilado hace unos días por el reportero Jesús Castillo García, en uno de los diarios más importantes de la entidad, el gobierno de SEC pagó, la no menor cantidad, de quince millones de pesos a una empresa que se dedicaba-aparentemente-a la edición, impresión y distribución de todo tipo de folletos desde el cinco de septiembre de mil novecientos noventa y siete, fecha de su constitución y que por “arte de magia”, amplió su objeto social el 25 de Septiembre del 2006, a la de: inhibición de señales de tecnologías celulares analógicas y digitales, entre otras más. Ahora sí podría ser considerada como proveedor oficial del gobierno del estado de Morelos, no obstante su raquítico capital social de tan solo cincuenta mil pesos. ¿De donde habrá obtenido tanto dinero una empresa, que tan solo poseía capital para montar una pequeña cafetería, la cual facturaría algo así como trescientas veces el valor de sus acciones?
Por si fuera poco, ésta “sui generis” adquisición fue aprobada en sesión de fecha 18 de Julio del 2006, dentro del “Comité para el control de adquisiciones, enajenaciones, arrendamientos y servicios del poder ejecutivo del Estado” nombre tan rimbombante, como ineficiente, ya que como se dijo la empresa “Power Print” no contaba en esa fecha con el objeto social requerido para brindar el servicio de inhibición de señales de teléfonos celulares. Pero, que más da, teniendo amigos influyentes en el gobierno todo se subsana.
Para el 24 de agosto del 2006, la empresa ya había recibido su primer pago. Emitió la factura 1002 a nombre del Gobierno de Morelos, de fecha 22 de Agosto del 2006, por siete millones, ochocientos once mil, seis cientos veintiocho pesos. Solo bastaron dos días para el pago. Eso es eficiencia. Para el 11 de Septiembre de ese mismo año-solo diecinueve días antes del final del sexenio-la empresa presentó una nueva factura, con folio 1003, por una cantidad similar, misma que fue tramitada de “ipso facto” y liquidada en su totalidad antes del 30 de Septiembre del 2006, último día del gobierno de SEC.
Como con las empresas contratadas para los dos reemplacamientos que llevó a cabo el gobierno de Estrada Cajigal, las cuales eran solo pequeños despachos domiciliados en la Ciudad de México-documentación que guarda a piedra y lodo el todavía auditor gubernamental, Casamata, después de aquellas comprometedoras auditorias- y que fueron abandonadas después de cumplir el objetivo de esos únicos negocios, así ésta empresa de folletería, tuvo aparentemente su domicilio fiscal en Cerrada de Reforma 142, Col. Tlacopac, en San Ángel, en donde sí existe una casa habitación, pero nadie sabe o supo de alguna compañía o sociedad que haya existido allí.
Habrá que seguir muy de cerca la investigación que obligadamente abrirá la contraloría del estado. Cierto estoy que no pondrá mucha atención en ello, las relaciones de amistad y de negocios que existen entre Mariscal y Estrada podrían pesar más que la ética que debe de seguir cualquier funcionario público, si a esto le añadimos la aparente complicidad que pudiera existir entre los dos gobiernos estatales emanados del PAN la cosa se pone peor.
Nombres como el de Alfonso Pedroza Ugarte-una vez más-, el de Germán Castañón; Sergio Estrada y los miembros del pestilente comité que aprobó la asignación directa estarían pronto en la opinión pública.
Ojala y así sea, ya estamos hasta la madre de tanta porquería.
JABONAZO
Si alguien no tiene culpa en el incendio del mercado Adolfo López Mateos es Eugenio Navarro Millá. Ojalá y MMG tuviera más “Navarros” en su administración.
Ventilado hace unos días por el reportero Jesús Castillo García, en uno de los diarios más importantes de la entidad, el gobierno de SEC pagó, la no menor cantidad, de quince millones de pesos a una empresa que se dedicaba-aparentemente-a la edición, impresión y distribución de todo tipo de folletos desde el cinco de septiembre de mil novecientos noventa y siete, fecha de su constitución y que por “arte de magia”, amplió su objeto social el 25 de Septiembre del 2006, a la de: inhibición de señales de tecnologías celulares analógicas y digitales, entre otras más. Ahora sí podría ser considerada como proveedor oficial del gobierno del estado de Morelos, no obstante su raquítico capital social de tan solo cincuenta mil pesos. ¿De donde habrá obtenido tanto dinero una empresa, que tan solo poseía capital para montar una pequeña cafetería, la cual facturaría algo así como trescientas veces el valor de sus acciones?
Por si fuera poco, ésta “sui generis” adquisición fue aprobada en sesión de fecha 18 de Julio del 2006, dentro del “Comité para el control de adquisiciones, enajenaciones, arrendamientos y servicios del poder ejecutivo del Estado” nombre tan rimbombante, como ineficiente, ya que como se dijo la empresa “Power Print” no contaba en esa fecha con el objeto social requerido para brindar el servicio de inhibición de señales de teléfonos celulares. Pero, que más da, teniendo amigos influyentes en el gobierno todo se subsana.
Para el 24 de agosto del 2006, la empresa ya había recibido su primer pago. Emitió la factura 1002 a nombre del Gobierno de Morelos, de fecha 22 de Agosto del 2006, por siete millones, ochocientos once mil, seis cientos veintiocho pesos. Solo bastaron dos días para el pago. Eso es eficiencia. Para el 11 de Septiembre de ese mismo año-solo diecinueve días antes del final del sexenio-la empresa presentó una nueva factura, con folio 1003, por una cantidad similar, misma que fue tramitada de “ipso facto” y liquidada en su totalidad antes del 30 de Septiembre del 2006, último día del gobierno de SEC.
Como con las empresas contratadas para los dos reemplacamientos que llevó a cabo el gobierno de Estrada Cajigal, las cuales eran solo pequeños despachos domiciliados en la Ciudad de México-documentación que guarda a piedra y lodo el todavía auditor gubernamental, Casamata, después de aquellas comprometedoras auditorias- y que fueron abandonadas después de cumplir el objetivo de esos únicos negocios, así ésta empresa de folletería, tuvo aparentemente su domicilio fiscal en Cerrada de Reforma 142, Col. Tlacopac, en San Ángel, en donde sí existe una casa habitación, pero nadie sabe o supo de alguna compañía o sociedad que haya existido allí.
Habrá que seguir muy de cerca la investigación que obligadamente abrirá la contraloría del estado. Cierto estoy que no pondrá mucha atención en ello, las relaciones de amistad y de negocios que existen entre Mariscal y Estrada podrían pesar más que la ética que debe de seguir cualquier funcionario público, si a esto le añadimos la aparente complicidad que pudiera existir entre los dos gobiernos estatales emanados del PAN la cosa se pone peor.
Nombres como el de Alfonso Pedroza Ugarte-una vez más-, el de Germán Castañón; Sergio Estrada y los miembros del pestilente comité que aprobó la asignación directa estarían pronto en la opinión pública.
Ojala y así sea, ya estamos hasta la madre de tanta porquería.
JABONAZO
Si alguien no tiene culpa en el incendio del mercado Adolfo López Mateos es Eugenio Navarro Millá. Ojalá y MMG tuviera más “Navarros” en su administración.
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