“No hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla”
Eran los últimos días del mes de Octubre del 2009 cuando Manuel Martínez Garrigos, flamante Presidente Municipal electo, me comentaba sus planes para gobernar Cuernavaca por los próximos tres años. Lleno de la energía lógica de un joven de apenas treinta años y con el triunfo anhelado durante tres elecciones consecutivas en la mano, Manuel me expresaba el aparente desbarajuste que existía en la administración panista saliente y del cual solo tenía alguna leve evidencia. Actos de corrupción al por mayor, nepotismo y tráfico de influencias, eran solo algunos de los desordenes que se heredarían al asumir el ayuntamiento. Los panistas todavía en el poder, habían sido especialmente cautelosos al no entregar documentación comprometedora que les pudiera generar algún tipo de denuncia penal por peculado en el futuro y confiaban plenamente en la poco ética decisión previa, de sindicalizar a empleados de confianza de segundo y tercer nivel, lo qué conseguiría que la administración municipal entrante, no lograra gobernar con gente de su confianza. Más aún, los panistas sabían que estas personas estarían pasando información privilegiada al partido Acción Nacional, obteniendo con ello un arranque blandengue del gobierno de Martínez Garrigos.
El acuerdo con el Edil panista saliente, Roque Gonzales Cerezo, consistía en que sería esa administración saliente la que liquidaría a sus colaboradores hasta el tercer nivel. Es decir, Roque, se comprometió con Garrigos a entregarle la plantilla de personal limpia, para que éste pudiera situar a su gente de toda confianza. El acuerdo también contemplaba la posibilidad de que de no darse la liquidación o renuncia de éstos funcionarios públicos salientes por parte de González Cerezo, entonces esa administración dejaría en arcas, algo así como treinta millones de pesos para liquidarlos. Pero oh decepción, esos treinta millones de pesos solo sirvieron para que el alcalde saliente se autoliquidara junto con sus secretarios de despacho. En buen cristiano, se sirvieron con la cuchara grande, dejando en los puestos de segundo y tercer nivel a gente de su confianza, los cuales más que serle fiel al ayuntamiento, les eran fieles al partido acción nacional. Desde ahí empieza el encontronazo de MMG con el PAN.
El proyecto del segundo piso en la avenida Plan de Ayala fue la manzana de la discordia que los panistas utilizaron en contra de Manuel. Para todos es sabido que dicho proyecto viene de las administraciones pasadas de Acción Nacional. Adrian Rivera Pérez, siendo Alcalde de Cuernavaca, ideó éste viaducto elevado y fue Jesús Giles Sánchez, anterior Edil de Cuernavaca, 2006-2009, el que efectuó los estudios de factibilidad, al recibir por parte de los estudiosos en la materia, la negativa de llevar a cabo una “depresión urbana” en el crucero de las avenidas Teopánzolco y Plan de Ayala, virtud de que las líneas de alta tensión que surten de energía eléctrica al Valle de Cuernavaca y que provienen de subestaciones en la Ciudad de México, no pueden ser suplidas o “deprimidas” por algún otro medio hasta éste momento.
Haga sus cálculos amable lector: Si Manuel Martínez llegó a gobernar el uno de Noviembre del 2009 y la Ley de Ingresos Federal-presupuesto anual del 2010-se aprobó en lo general el 31 de Octubre y se aprobó en lo individual el cinco de Noviembre de ése año. ¿Cómo le habría hecho su equipo para proyectar el viaducto elevado de Plan de Ayala? No nos hagamos bolas, el proyecto ya existía. Fue así como se aprobó en el congreso federal y fue por los buenos oficios de Beatriz Paredes, que los recursos se asignaron con la finalidad de darle sentido y modernidad a Cuernavaca. De ahí para adelante la historia ya se conoce. Más que una oposición congruente a la obra, existió una confrontación política. El equipo del ayuntamiento le dejó toda la carga al Presidente Municipal, lo dejaron solo en contra de una oposición auspiciada y solventada desde lo más altos niveles del gobierno del estado, la cual ha tenido en el delegado federal de la SCT en Morelos, al más agrio detractor de la obra, el cual no solo critica-a lo mejor con razón-los desaciertos del Edil de Cuernavaca en éste rubro, ahora también se ha dedicado a ser el critico de la toda la administración de MMG, llegando a poner en duda el precio que se habría pagado por el recientemente predio adquirido en Tlaltenango, pero sin mencionar si quiera, el costo real de la adquisición del vetusto Hotel Papagayo en el trienio de Giles Sánchez y del cual surgen sobradas dudas.
En fin, un año ya de ésta administración en Cuernavaca. Si bien es cierto no ha sido todo bueno, también es cierto que lo mejor está por venir. Manuel ha entendido el vaivén de la política y sabe bien que éste año entrante será crucial para su carrera en pos de la gubernatura, los cambios en su equipo tendrán que venir. Su alianza con Amado Orihuela fue la correcta y éste domingo siete se levantarán con el triunfo. Ojalá y los acuerdos entre ellos se honren y logren que su partido llegue fortalecido al 2012.
JABONAZO
Claro el mensaje de Marco Adame hacía Manuel Martínez Garrigos. Su ausencia en el informe del pasado domingo lo deja nítido. La alianza del gobierno del estado es con el PRD de Graco, no con el de AMLO y mucho menos con el PAN de Adrián Rivera.
Eran los últimos días del mes de Octubre del 2009 cuando Manuel Martínez Garrigos, flamante Presidente Municipal electo, me comentaba sus planes para gobernar Cuernavaca por los próximos tres años. Lleno de la energía lógica de un joven de apenas treinta años y con el triunfo anhelado durante tres elecciones consecutivas en la mano, Manuel me expresaba el aparente desbarajuste que existía en la administración panista saliente y del cual solo tenía alguna leve evidencia. Actos de corrupción al por mayor, nepotismo y tráfico de influencias, eran solo algunos de los desordenes que se heredarían al asumir el ayuntamiento. Los panistas todavía en el poder, habían sido especialmente cautelosos al no entregar documentación comprometedora que les pudiera generar algún tipo de denuncia penal por peculado en el futuro y confiaban plenamente en la poco ética decisión previa, de sindicalizar a empleados de confianza de segundo y tercer nivel, lo qué conseguiría que la administración municipal entrante, no lograra gobernar con gente de su confianza. Más aún, los panistas sabían que estas personas estarían pasando información privilegiada al partido Acción Nacional, obteniendo con ello un arranque blandengue del gobierno de Martínez Garrigos.
El acuerdo con el Edil panista saliente, Roque Gonzales Cerezo, consistía en que sería esa administración saliente la que liquidaría a sus colaboradores hasta el tercer nivel. Es decir, Roque, se comprometió con Garrigos a entregarle la plantilla de personal limpia, para que éste pudiera situar a su gente de toda confianza. El acuerdo también contemplaba la posibilidad de que de no darse la liquidación o renuncia de éstos funcionarios públicos salientes por parte de González Cerezo, entonces esa administración dejaría en arcas, algo así como treinta millones de pesos para liquidarlos. Pero oh decepción, esos treinta millones de pesos solo sirvieron para que el alcalde saliente se autoliquidara junto con sus secretarios de despacho. En buen cristiano, se sirvieron con la cuchara grande, dejando en los puestos de segundo y tercer nivel a gente de su confianza, los cuales más que serle fiel al ayuntamiento, les eran fieles al partido acción nacional. Desde ahí empieza el encontronazo de MMG con el PAN.
El proyecto del segundo piso en la avenida Plan de Ayala fue la manzana de la discordia que los panistas utilizaron en contra de Manuel. Para todos es sabido que dicho proyecto viene de las administraciones pasadas de Acción Nacional. Adrian Rivera Pérez, siendo Alcalde de Cuernavaca, ideó éste viaducto elevado y fue Jesús Giles Sánchez, anterior Edil de Cuernavaca, 2006-2009, el que efectuó los estudios de factibilidad, al recibir por parte de los estudiosos en la materia, la negativa de llevar a cabo una “depresión urbana” en el crucero de las avenidas Teopánzolco y Plan de Ayala, virtud de que las líneas de alta tensión que surten de energía eléctrica al Valle de Cuernavaca y que provienen de subestaciones en la Ciudad de México, no pueden ser suplidas o “deprimidas” por algún otro medio hasta éste momento.
Haga sus cálculos amable lector: Si Manuel Martínez llegó a gobernar el uno de Noviembre del 2009 y la Ley de Ingresos Federal-presupuesto anual del 2010-se aprobó en lo general el 31 de Octubre y se aprobó en lo individual el cinco de Noviembre de ése año. ¿Cómo le habría hecho su equipo para proyectar el viaducto elevado de Plan de Ayala? No nos hagamos bolas, el proyecto ya existía. Fue así como se aprobó en el congreso federal y fue por los buenos oficios de Beatriz Paredes, que los recursos se asignaron con la finalidad de darle sentido y modernidad a Cuernavaca. De ahí para adelante la historia ya se conoce. Más que una oposición congruente a la obra, existió una confrontación política. El equipo del ayuntamiento le dejó toda la carga al Presidente Municipal, lo dejaron solo en contra de una oposición auspiciada y solventada desde lo más altos niveles del gobierno del estado, la cual ha tenido en el delegado federal de la SCT en Morelos, al más agrio detractor de la obra, el cual no solo critica-a lo mejor con razón-los desaciertos del Edil de Cuernavaca en éste rubro, ahora también se ha dedicado a ser el critico de la toda la administración de MMG, llegando a poner en duda el precio que se habría pagado por el recientemente predio adquirido en Tlaltenango, pero sin mencionar si quiera, el costo real de la adquisición del vetusto Hotel Papagayo en el trienio de Giles Sánchez y del cual surgen sobradas dudas.
En fin, un año ya de ésta administración en Cuernavaca. Si bien es cierto no ha sido todo bueno, también es cierto que lo mejor está por venir. Manuel ha entendido el vaivén de la política y sabe bien que éste año entrante será crucial para su carrera en pos de la gubernatura, los cambios en su equipo tendrán que venir. Su alianza con Amado Orihuela fue la correcta y éste domingo siete se levantarán con el triunfo. Ojalá y los acuerdos entre ellos se honren y logren que su partido llegue fortalecido al 2012.
JABONAZO
Claro el mensaje de Marco Adame hacía Manuel Martínez Garrigos. Su ausencia en el informe del pasado domingo lo deja nítido. La alianza del gobierno del estado es con el PRD de Graco, no con el de AMLO y mucho menos con el PAN de Adrián Rivera.
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