MESURA

Del latín “mensúra”: moderación, comedimiento

Finalmente la sangre llegó al río, todo parece que esa era la estrategia a seguir por unos y por otros, la insensatez hizo su presencia y los odios afloraron logrando con ello la violencia que todos repudiamos y de la cual estamos hartos. ¿Hasta cuando veremos sensatez en ambas partes?

Los operativos policíacos de la semana pasada en contra de los maestros de la sección 19 fueron una exageración, helicópteros del ejército, de la policía federal, de la policía estatal, tropa de la PFP, de la SSP y varios cientos de militares de la 24ª. Zona militar hicieron de Morelos su campo de batalla. El pueblo de Xoxocotla, municipio de Puente de Ixtla, una vez más fue el escenario para que la represión gubernamental llegara a límites inconfesables.

La política del “dejar de hacer” ó lo que es lo mismo no atender a la problemática de la población, logró que el añejo problema del agua del manantial “Chihuahuita” volviera a hacerse presente en los reclamos de esta población indígena. De nada sirvieron los discursos de nuestros servidores públicos en el pasado reciente asegurando que el vital líquido estaba garantizado y que además el gobierno les perforaría algunos pozos de agua, finalmente el problema sigue allí y no tarda en hacer crisis nuevamente.

Cuando Don Lauro era gobernador de este estado también hubo problemas serios con esta comunidad, sin embargo ni por mucho se llegó al límite en que las cosas se dieron la semana pasada, con Don Lauro fueron policías de Puente de Ixtla los que originaron el conflicto y de no ser por la intervención oportuna seguramente la sangre hubiera corrido a raudales. Ahora también fue un encontronazo con policías-federales preventivos-lo que originó la zacapela, cuatro de estos policías fueron secuestrados y dicen que torturados por la comunidad, se habla que uno de ellos habría perdido una oreja por manos de sus captores.

En el gobierno interino de Jorge Morales Barud hubo problemas en Xoxocotla, el agua fue una vez mas el motivo de que casi la totalidad de la población tomara la carretera Alpuyeca-Jojutla ocasionando un caos vehicular por varios días, uno de los actores principales en ese conflicto, el cual fue manejado con mesura y prudencia fue Enzo Di Maggio Saavedra, en esa época director general de gobierno y actual jefe de asesores de Francisco Coronato en la PGJ. La sangre no corrió en ese momento.

“El horno no está para bollos” decía la abuela, Morelos es un caldo de cultivo muy proclive para los movimientos sociales, su cercanía con la capital del país la hace muy codiciada por partidos políticos, Ongs, sindicatos y uno que otro revoltoso. El gobierno del estado debe de ser muy mesurado en sus acciones, el dialogo tiene siempre que estar presente en la agenda de quienes gobiernan esta parte de nuestra nación.

Sigue pendiente el sucio y vergonzoso asunto de la autopista siglo XXI, se sabe que algunos de estos campesinos estarían ya en platicas con miembros de la APPO y de la sección 19 del magisterio con la finalidad de tomar una vez mas carreteras y edificios de gobierno. Cuidado con la zona oriente del estado, si los policías secuestrados de la semana pasada hubieran estado en Zacualpan de Amilpas y toda esa zona, seguramente los habrían matado sin ninguna consideración. Y si no recordemos lo que la gente de Jonacatepec le hizo al procurador general de justicia en la época de Antonio Rivapalacio. Tomas Flores Allende se salvó de ser quemado vivo por los habitantes de aquella parte del estado de Morelos.

-Recordar es vivir-dice el refrán, a mediados de 1997 Jorge Carillo Olea decía a voz en cuello –Al único que le doy cuentas es a mi congreso- eran apenas dos años y medio lo que el general de brigada tenía como gobernador del estado y fue así como muchos ciudadanos se dieron a la tarea de participar en los comicios de ese año cambiando la correlación de fuerzas políticas en el congreso local. Para 1998 Carillo Olea dejó de ser gobernador por medio de una licencia que solicitó al congreso del estado, la suerte estaba echada, finalmente la gente ganó.

Solicitar un juicio político en contra de Marco Adame Castillo con la finalidad de separarlo del cargo se me hace una medida tomada sobre las rodillas, sin mesura. El estado apenas viene saliendo de dos problemas gravísimos con dos de sus anteriores gobernantes, el de Estrada Cajigal todavía va a dar para más –y si no al tiempo-, sería una irresponsabilidad muy grande el desgastar a Morelos en un juicio político que no tendría buen fin, simplemente porque la oposición en este momento no tiene las dos terceras partes que se requieren para separar al Doctor Adame de su puesto en este momento.

Sin embargo puede darse el fenómeno que se vivió en 1997 y que la correlación de fuerzas políticas en el congreso local cambie el año que viene y entonces si pudiera darse la defenestración de un gobernante más en nuestra entidad, con el altísimo costo político y económico para toda la población que esto conlleva.

Espero que la mesura llegue a todos los actores políticos y sociales y podamos encontrar en el futuro cercano mecanismos de entendimiento que nos permitan convivir en armonía y paz. Morelos lo requiere urgentemente.

Las elecciones están a la vuelta de la esquina, ojala y sea ahí en donde la mayoría de la población opte por un cambio político de verdad, que nos saque delante de la mascarada que hemos vivido en estos años.

Señores del poder, mesura, no vaya siendo que el año que entra le tengan que entregar cuentas a quienes ahora reprimen.

Maestros, mesura, no vaya a ser que tengan que pasar el resto de sus vidas en una prisión.

JABONAZO

Coparmex y Canacintra andan más preocupados por sus elecciones internas que por el colapso financiero. ¿Qué no habrá alguien que les pida cuentas a los secretarios de desarrollo económico y turismo en Morelos?

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